La humanidad siempre anda sedienta de afecto, podemos crecer y crecer pero nunca perderemos ese distintivo que traemos desde niños y que nos acompañará hasta la muerte y es la necesidad de ser amados. Pero a la hora de la verdad, si tanta falta hace es porque no abunda mucho.
En esta enseñanza entenderás que no es que no merezcas ser amado, perdonado o ayudado, sino que tal vez has estado buscando en el lugar equivocado.
¡No dejes de escuchar!