Las crisis, el desánimo, los temores, los problemas, las deudas, el letargo, la flojera, la tibieza, la incredulidad, etc. son enemigos distractores que generalmente persiguen nuestras vidas para desequilibrarnos y paralizarnos, de manera que no lleguemos a la meta que el Dios Altísimos nos ha fijado.
Estamos llamados a avanzar y el Cielo, a través de esta enseñanza, nos proveerá de un GPS espiritual que nos dará las coordenadas precisas para tomar el rumbo indicado y llegar al lugar que el Eterno reservó para cada uno de sus hijos.
¡Abre tu corazón y escucha con atención!